jueves, 16 de junio de 2011

SEXTO FRAGMENTO

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En el rincón se encontraban las ruinas y despojos de lo que había sido un hombre. Su cuerpo agazapado dibujaba eso que todos reconocemos al instante. Sus manos cubrían su rostro, ocultando de sus apenados ojos la miseria que lo rodeaba. Sus dedos temblaban al contacto con los protuberantes pómulos. Su imaginación volaba fuera de sí y se veía, ahí, rendido, cadavérico en medio de un mar de mierda atestado de restos de libros descuartizados y asesinados; una gran pena le oprimía el corazón y desde lo alto del cuarto se le escapaban un par de lagrimas por esos arrebatos de locura en los que solía incurrir aquel postrado, asesino de palabras y de ideas. 

                Recuerdo que le gritaba – ¡Vamos, vamos, aférrate a alguna de esas hermosas páginas!  Y mi voz rebotaba y regresaba transformada en una voz extraña, una voz que me describía como un ser desesperado que inútilmente trataba de animar a ese yo que perdía la esperanza. Yo trataba de ignorar esa voz y gritaba -¡Naufraga! ¡Naufraga! ¡Que es mejor naufragar que hundirte en esta mierda que llamas casa! Pero mi voz no era escuchada, y yo me sentía débil y lejano, a kilómetros de distancia de lo posible, donde mis manos se desvanecían y donde me encontré dejando de existir.

                No podemos asegurar ninguno de los hechos que ocurrieron, pero estamos seguros de que todo está rodeado de las imposibilidades características de la vida ficcional. No podemos construir un desenlace para nuestro personaje, falto de nombre y rasgos distintivos, porque al hacerlo podemos incurrir en una falta grave a este texto con ansias de brevedad. Dejamos por tanto al lector la responsabilidad de sacar sus propias conclusiones y la posibilidad de hacer de este pedazo de papel lo que más le plazca, bien tirarlo a la mar de mierda con otros tantos de miles de escritos que ahí lo esperan, o bien usarlo para abandonarnos de este mundo e ingresar a ese otro, desdoblado, que es mil veces más cruel y mil veces más real, y por lo tanto mil veces mejor. 

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