lunes, 21 de marzo de 2011

ENCUENTRO

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Tras el espejo se veía el reflejo que buscaba, en el  lugar muchas veces inaccesible y recóndito de lo posible; ahí, donde los viajantes encuentran su aventura y los alcohólicos su cantina, se encontraba su personalidad, ajena a él, perdida entre la multitud de personajes miserables que la vida lo ha hecho interpretar. Irreconocible al ojo atento se escabulle entre míticos seres verdaderos, que por injusticia divina han permanecido en las sombras de bibliotecas ficcionales, celosos de las invenciones que se vieron forzados representar para este mundo ridículamente ingenuo. El trago en mano, los ojos extraviados y la inevitable melancolía sin razón le permiten reconocerse en el reverso del espejo. La lágrima que recorre su mejilla habla demasiado, la alegría es triste en este encuentro, hay conciencia sobre la pequeña ventana de tiempo que se ha comprado noche con noche, trago tras trago. Es triste este encuentro en que él toma posesión de sí. Es triste porque es fugaz.  

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