miércoles, 12 de enero de 2011

SEX TAPE

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La mirada suplicaba. Los dedos, tensos de movimiento, se resignaban y se entrelazaban en un eterno saludo de empatía. La boca era sangre y perlas, la hermosa representación pornográfica de la vida. Vista de lejos toda la escena se desbordaba en un erotismo azul y rojo, como una lucha entre cielo e infierno. El cabello suelto y revuelto sobre la espalda partida con gracia. Los muslos débiles y temblorosos como de yegua recién corrida. Los pies muertos, casi separados del cuerpo, parecían desertar y emprender la huída, traidores. La delicada pantorrilla se convulsionaba del esfuerzo. La garganta y los pechos en un animoso y constante juego. La mirada suplicaba intensamente. El espectador era sordo a sus ruegos, dio un paso al frente, puso el cañón en dorada cabeza y jaló el gatillo. Cigarro y stop.

  

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