lunes, 2 de mayo de 2011

SEGUNDO FRAGMENTO

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No había nada más expresivo en el cuarto que los ojos que se escapaban en destellos detrás del sillón. No se puede nunca descifrar  la mirada de un perro, pero se puede envidiar, en un acto de humildad imposible para la mayoría de las personas.

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3 comentarios:

La que no es. dijo...

Este fragmento es curiosamente tierno...algo atípico de ti, aunque muy bien hecho, como suelen ser tus escritos.

TOMADOR ASIDUO dijo...

tierno...jeje gracias

Natali H dijo...

tssssssss sincero sincero Meto!!!