Transitando la carretera cibernética, después de andar por autopistas de cuota y grandes caminos citadinos, decidí comenzar mi pedacito de terracería, un lugar que –como buen proyecto mexicano- tardará años en ser un camino transitable. Los baches, las grietas y bordes será, me temo, lo más frecuente en este lugar al que he llamado Pedacería. Espero que estos contratiempos no sean motivo para abandonar el camino, después de todo –terracería o no- los caminos son para transitarse.
domingo, 1 de mayo de 2011
FRAGMENTO
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En el rincón del cuarto, cobijada gentilmente por la penumbra del alba, se encuentra estática, sublime, hermosa, perfecta, una pierna. Su soledad lo dice todo.
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