Transitando la carretera cibernética, después de andar por autopistas de cuota y grandes caminos citadinos, decidí comenzar mi pedacito de terracería, un lugar que –como buen proyecto mexicano- tardará años en ser un camino transitable. Los baches, las grietas y bordes será, me temo, lo más frecuente en este lugar al que he llamado Pedacería. Espero que estos contratiempos no sean motivo para abandonar el camino, después de todo –terracería o no- los caminos son para transitarse.